Cine

El asma y la gracia

Entrevista a Martin Scorsese

«La vida no es algo que nos resbala, sino que es un misterio asombroso, que en nosotros provoca la poesía», dijo el papa Francisco en una reciente audiencia. Y continuó: «Cuando a una persona le falta esa dimensión poética, digamos que cuando le falta la poesía, su alma cojea»[1]. Estas palabras me animaron a ponerme en contacto con el director Martin Scorsese: en él la vida ha provocado la poesía. En los encuentros que mantuve con él en Roma y Nueva York hablamos mucho de la vida y de la poesía, especialmente en una entrevista que le hice para «La Civiltà Cattolica». Por eso ahora quiero saber cómo ha vivido este tiempo de confinamiento forzado provocado por el coronavirus, me gustaría saber qué ecos y resonancias ha dejado en él. Intercambiamos preguntas y respuestas, en una conversación no muy larga, pero que fue limada por el director hasta siete veces, pues quería ser preciso sobre una experiencia que lo ha tocado profundamente.

En este período el sentimiento predominante para muchas personas en el mundo parece ser la ansiedad. ¿También tuviste que lidiar con esta sensación? ¿Cómo ha incidido tu estado interior en tu creatividad?

Cuando me di cuenta de que todo se estaba cerrando – una «pausa», se decía – y que mi mujer y yo íbamos a tener que hacer cuarentena y quedarnos en casa por un período de tiempo indefinido, apareció la ansiedad. Una nueva forma de ansiedad. La angustia de no saber nada. Nada de nada. Todo estaba suspendido, postergado hasta no se sabía cuando, como en un sueño en el que corres hasta perder el aliento, sin llegar nunca a la meta. En cierta medida, las cosas todavía están así. ¿Cuándo terminaría? ¿Cuándo podríamos salir? ¿Cuándo veríamos a nuestra hija? Y luego, ¿cuándo estaría en condiciones de filmar la película que había planificado con tanto cuidado? ¿Pronto? ¿En qué condiciones? ¿Tendríamos problemas con el lugar de filmación? ¿Lograría encontrar el modo para trabajar con los actores y el resto del grupo? Y luego una pregunta específica…

¿Cuál?

Si no podía rodar mi película, ¿quién era yo?

¿Cómo viviste tu «hogar»? ¿Descubriste cosas nuevas? ¿Lo sentiste como un refugio o una prisión?

La ansiedad crecía, y con ella la consciencia de que podía no salir vivo. Toda mi vida he sufrido de asma, y aparentemente este virus ataca los pulmones más a menudo que cualquier otra parte del cuerpo. Me di cuenta de que realmente podía dar mi último respiro en esa habitación de mi casa que había sido un refugio y se había convertido en una especie de fortaleza, e iniciaba a sentirla como una prisión. Me encontré solo, en mi habitación, viviendo de un respiro a otro…

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¿Una condición que ha permanecido?

De pronto… algo me ocurrió. Algo se posó en mí y dentro de mí. No podría describirlo de otra manera. De repente lo vi todo de una manera diferente, mejor. Sí, no sabía qué sucedería, pero nadie lo sabía. Podría haberme enfermado y no haber dejado nunca esa habitación, pero, si eso hubiera ocurrido, no habría podido hacer nada al respecto. Todo se volvió más simple y sentí una sensación de alivio. Y esta consciencia me devolvió a los aspectos esenciales de mi vida. A mis amigos y a la gente que quiero, a la gente que tengo que cuidar. A las bendiciones que he recibido: a mis hijos, a cada momento pasado con ellos, a cada abrazo, cada beso y cada saludo… a mi mujer, y a lo afortunado que soy por haber encontrado a alguien con quien he podido crecer y educar a una hija, y al mismo tiempo… lo afortunado que he sido por poder hacer el trabajo que me gusta.

Recuerdo que hablamos de algunas de estas emociones y percepciones cuando me entrevistaste en el momento del lanzamiento de Silence.

Para mí esa conversación fue muy importante. Te la agradezco mucho. Recuerdo esas emociones y los temas que conversamos.

Sí, pero ahora las sentía con mayor urgencia, casi me ardían por dentro. De pronto convivíamos con la consciencia de que hasta el aire que nos rodeaba, el aire que nos permitía vivir podía matarnos. Y esta situación tuvo en mí, y en mis amigos y seres queridos, el efecto de acercarnos aun más. Barrió con las formalidades, con los eufemismos de «amistad» y «comunidad» que nacieron alrededor de las redes sociales y que a menudo parecen filtros o incluso barreras a lo que es real. Algo nos fue revelado, nos fue donado. Las viejas preguntas habituales: «¿Cómo estás?», «¿Te encuentras bien?», se volvieron inmediatas y cruciales. Recobraron la vida. Descubrimos que realmente estábamos todos juntos, no solo en la pandemia, sino en la existencia, en la vida. Nos volvimos realmente uno.

¿Ves en este descubrimiento algo de tu pasado, de tu obra?

Después de haber rodado Toro Salvaje, me puse a reflexionar sobre una cuestión. Los últimos 10 años habían sido frenéticos; en esa película lo había dado todo de mí y de mi experiencia, estaba agotado y me preguntaba: «¿Podré algún día estar solo en una habitación, solo conmigo mismo? ¿Podré algún día simplemente ser?». Y mira cómo, tantos años después, de repente, estoy aquí, solo en mi habitación, viviendo el instante, cada instante precioso de mi existencia. Claro que ha sido una situación pesada, pero bueno, ahí está.

¿Qué has aprendido de esta pandemia que te gustaría comunicar a un joven que hoy se esté abriendo paso al futuro?

Cómo me gustaría decirle a los jóvenes, ahora mismo, lo afortunados que son de estar viviendo un momento tan luminoso como este. Muchos creen que todo volverá a ser como antes, pero obviamente no puede ser así: todo cambia siempre y este período nos lo recuerda con fuerza. Nos puede inspirar para que reconozcamos nuestra capacidad de cambiar para mejor. En la práctica, es esto lo que está ocurriendo con las protestas masivas en todo el mundo: los jóvenes están luchando para mejorar las cosas.

¿Has podido leer libros en este período? ¿Cuáles? ¿Por qué? ¿Qué te dejaron esas lecturas? Y, en cualquier caso, ¿crees que hay autores que nos ayudan a entender mejor lo que estamos viviendo? ¿Has pensado en alguna película?

Durante estos meses he visto muchas películas y leído mucho, a menudo a propósito de conversaciones con amigos o de sugerencias suyas. Ha sido una ocasión valiosa. Junto a mi mujer he vuelto a ver Los asesinos, de Robert Siodmak, y esta vez sí me conmovió: tal vez la presencia de Burt Lancaster tuvo algo que ver, la forma en que encarna el deseo por las mujeres que ama, pero también ese tono tan particular de las imágenes, que hacen ver al film al mismo tiempo realista y onírico. Tomé prestada una imagen muy bonita de Los asesinos para una breve reflexión casera que hice para la transmisión de Mary Beard en la BBC.

Retomé Los hermanos Karamzov y leí algunos pasajes en un festival literario que fue transmitido en línea.

Leí por primera vez Al este del Edén, de Steinbeck, siguiendo el consejo de un estrecho colaborador, y quedé sorprendido, casi obsesionado, por dos pasajes del capítulo en que uno de los personajes reflexiona sobre la historia de Caín y Abel. Este personaje y sus sabios ancianos se preguntan acerca de la traducción de la palabra hebrea timshel, y descubren que la traducción correcta es «puedes», no «tendrás». En otras palabras, para Caín triunfar sobre el pecado después del asesinato de su hermano no es un destino o una promesa, sino una elección: su elección.

Con otro amigo leímos algunas historias de Kipling y ambos quedamos impresionados, en particular por They. Es un relato muy distinto de las historias y poemas que lo hicieron famoso. Lo escribió después de la muerte de su hija pequeña, y expresa las tragedias que ocurren en la vida de manera muy real y sutil… me conmuevo de solo pensarlo.

Y la otra noche vi una película, por consejo de otro amigo: un retrato de Ken Burns del artista y maestro espiritual William Segal.

Parece un recorrido, un camino dentro de esta experiencia que tuviste, que te acompaña y ayuda a comprender. ¿Qué te sorprendió de este retrato de Segal?

Hay una escena en la que Segal nos invita, a través de la experiencia de su quietud y de su meditación, a dirigir la atención a lo esencial, a lo que está ocurriendo ahora, entre un respiro y el otro. Ser. Respirar. Aquí. Ahora.

¿No es esto la gracia?

Lee la antigua entrevista a Martin Scorsese aquí

  1. Francisco, Discurso en la Audiencia General, 24 de junio de 2020.

Antonio Spadaro
Obtuvo su licenciatura en Filosofía en la Universidad de Mesina en 1988 y el Doctorado en Teología en la Pontificia Universidad Gregoriana en 2000, en la que ha enseñado a través de su Facultad de Teología y su Centro Interdisciplinario de Comunicación Social. Ha participado como miembro de la nómina pontificia en el Sínodo de los Obispos desde 2014 y es miembro del séquito papal de los Viajes apostólicos del Papa Francisco desde 2016. Fue director de la revista La Civiltà Cattolica desde 2011 a septiembre 2023. Desde enero 2024 ejercerá como Subsecretario del Dicasterio para la Cultura y la Educación.

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