El padre Georges Lemaître (1894 – 1966) es conocido por haber sido uno de los primeros en formular la hipótesis del Big Bang, o sea, la conjetura sobre la existencia de una singularidad en el origen del universo, tal como será definida posteriormente. En 1964, el científico y sacerdote belga concedió una entrevista de cerca de 20 minutos, la única en formato audiovisual conocida hasta hoy, que estaba perdida en los archivos de la emisora belga Vlaamse Radio – en Televisieomroeporganisatie (VRT). La entrevista acaba de ser traducida y transcrita por los padres jesuitas Jean-Baptiste Kikwaya Eluo y Paul Gabor, del Observatorio Vaticano, en colaboración con la científica Satya Gontcho, del Lawrence Berkeley National Laboratory.
A 30 años de la formulación inicial de una hipótesis sobre un «átomo primitivo» en el origen del Universo, podemos volver a oír de la voz del cosmólogo de Lovaina la forma en que éste recorrió y puntualizó los aspectos críticos y las diferencias con respecto a las teorías asociadas a una visión de un universo estático y estacionario.
En la primera parte de la entrevista, Georges Lemaître se dirige a Fred Hoyle, autor de la polémica definición del Big Bang, que este utilizó para burlarse de quienes trabajaban en esta hipótesis. En particular, Lemaître critica a quienes defienden la idea de un universo estático y estacionario, que no requeriría, por tanto, de un estado primordial y un momento de «creación». Los detractores del sacerdote belga llamaban a menudo la atención sobre el concepto de creación: «Esta palabra – señala el científico y sacerdote – conlleva toda una resonancia filosófica o religiosa que no tiene nada que ver con la cuestión».
De hecho, una cosa estaba clara para Lemaître: «No defiendo la idea de un átomo primordial por razones o según fines religiosos». En consecuencia, la noción de átomo primordial no puede confundirse con el concepto teológico de creación, pues se trata de conceptos distintos que operan en dos niveles diferentes. El quantum, llamado «átomo primordial» por Lemaître, contiene en sí toda la materia y la energía en un estado de orden máximo, que mediante su desintegración da lugar al universo. Sin embargo, la idea misma de desintegración forma parte de un paisaje inimaginable, tan diferente del estado actual que dificulta incluso plantearse preguntas sobre esta condición inicial. Por eso el sacerdote afirma en la entrevista que se trata de algo que «naturalmente aguarda una explicación».
(Credit: NASA’s Goddard Space Flight Center/CI Lab)
El perímetro en el que se desarrolla la intuición de la singularidad constituirá más tarde la base de las matemáticas y la física que se utilizan actualmente en el estudio, por ejemplo, de los agujeros negros. Así pues, toda materia estaría ya presente al principio, en un «punto», aunque – como se recordaba en las columnas de Nature en 1931 – «la historia que queda por contar sólo puede escribirse paso a paso».
El padre Lemaître nunca recibió el Premio Nobel de Física por su trayectoria como científico. En 2018, sin embargo, se le reconoció la paternidad compartida de la ley formulada en 1929 por el astrónomo estadounidense Edwin Hubble. El científico y sacerdote belga, de hecho, tuvo la intuición unos años antes (en 1927), de un universo en expansión en el que las galaxias se alejan unas de otras. Esto llevó hace cinco años a la comunidad científica a rebautizar la ley de Hubble como ley de Hubble-Lemaître.