Es imposible «recomenzar» y «reconstruir» sin antes anular la deuda de los países pobres, incluso la que tienen con acreedores privados; estos fondos deben reinvertirse para hacer frente al Covid-19 y combatir la crisis climática. Es el llamado de Caritas Internationalis a los líderes del G7, los siete países económicamente más avanzados del mundo, con ocasión del encuentro que tuvo lugar en Cornwall entre el 11 y el 13 de junio. «El Covid-19 ha puesto bajo la lupa las injusticias sociales rampantes del mundo de hoy», afirmó Aloysius John, secretario general de Caritas Internationalis. «La única manera de reconstruir el futuro es eliminando estas injusticias».
La experiencia en terreno en cerca de 200 países, otorga a Caritas Internationalis un punto de vista privilegiado y autorizado sobre el tema. «Zambia, por ejemplo, destina el 45% de su presupuesto anual de gobierno a sanear su enorme deuda. ¿Cómo puede un país reconstruirse cuando carga con un fardo tan pesado sobre sus hombros? ¿Y cómo puede responder al Covid si los pocos recursos con los que cuenta no pueden utilizarse para fortalecer el sistema sanitario nacional?».
Solo para saldar sus compromisos con acreedores privados, los gobernantes africanos deberán desembolsar 23.400 millones de dólares en 2021, es decir, más de tres veces el costo de adquisición de vacunas para todo el continente.
El llamado de Caritas Internationalis dirigido a los líderes del G7 se divide en cuatro puntos:
– Suspender los pagos de la deuda contraída con acreedores privados, ofreciendo adecuadas opciones legislativas que motiven la reducción y la reestructuración de la deuda;
– Proveer de nuevas líneas de financiamiento para responder al Covid y apoyar una recuperación que haga frente al mismo tiempo a la crisis climática;
– Preparar una nueva emisión de Derechos Especiales de Giro (DEG) para enfrentar los problemas globales, con el fin de apoyar a los países del sur del mundo, incluidos los países de renta media, de manera tal que no aumente la deuda y la condicionalidad;
– Demostrar que los países más ricos se están tomando en serio las conferencias de la COP26 y que están enfrentando la crisis climática, comprometiéndose a poner fin a los subsidios a los combustibles fósiles.
La cuestión de la crisis climática abre además la mirada hacia otro tema, muy destacado recientemente por el Papa Francisco. El 8 de abril de 2021, con motivo del Meeting anual de primavera del Fondo Monetario Internacional y del Banco Mundial – las instituciones hermanas nacidas en 1944 del Acuerdo de Bretton Woods –, el Pontífice envió una carta a todos los participantes. En el texto, que también señala entre otras cosas la necesidad de condonar las deudas contraídas por países pobres, Francisco subrayó la existencia de una «deuda ecológica» real, que debería ser saldada por las economías desarrolladas, durante siglos empeñadas en la explotación de los recursos naturales y la población del resto del Planeta.
